Siempre dije que no viviría en el DF porque después de una semana me pone de los nervios, pero da la casualidad de que terminé en Madrid y estoy comenzando a pensar que no hay gran diferencia. A las 7.45 am. salgo de mi casa, hago 3 trasbordos, subo 6 escaleras eléctricas y 3 normales, permanezco más de 60 minutos bajo tierra respirando aire respirado y lucho con una manada de individuos apestosos todos los días para poder llegar al trabajo a las nueve. ¡Estoy comenzando a estresarme!!! Pero cuando una o dos de mis neuronas consiguen tomar aire en medio de esa masa multiforme que se llama humanidad me pongo a pensar, lo mejor que uno puede hacer en estas situaciones es hacer vida en el metro, pero no es fácil, de verdad que no, se requiere de mucha práctica y unos cuantos tips que yo he aprendido mediante la observación de grandes expertos, ciudadanos del metro singulares a los que realmente he terminado por admirar (no siempre en el sentido positivo de la palabra).
1. El lector malabarista
La habilidad de estas personas es asombrosa, son capaces de leer un libro del tamaño del Quijote o peor aún, de abrir el periódico entero y estudiarlo con detenimiento en medio del ajetreo y la sobrpoblación, aun se dan el lujo de pasar las páginas cuando el espacio que les corresponde es menor a 20cm. cuadrados. Estas personas son además, todos unos difusores de la cultura pues cualquiera que esté a dos palmos de frente como solemos estar todos en el metro puede leer también el mismo periódico /libro, de modo que se organizan unas buenas lecturas comunitarias.
2. El actor de musical
Lo de los ipod en el metro es totalmente normal, de hecho estoy por comprarme uno para hacer más ligero el viaje pero…. Bailar en el metro??? Eso ya me parece excesivo, pero no lo he visto ni una ni dos veces, los cantantes y bailarines amateur en el metro abundan, incluso están los que combinan ambas “habilidades” para dar todo un espectáculo gratuito y desinhibido a los curiosos transeúntes como yo. Creo que son como los niños chiquitos, piensan que como ellos no oyen, nadie los oye a ellos .. ¿ni los ve??.
3. El Pick-nickero
Esto les sonará familiar porque también en los camiones mexicanos es común lo de sacar la torta a medio camino y tomar el aperitivo del medio día (pepinos con limón) en nuestro querido transporte público, pero aún así, a mi no deja de sorprenderme cómo la gente puede comer en un sitio en el que a veces no se puede ni respirar… pero comer en serio heeee con refresco incluido y todo.
4. El 4×4 / Todo-terreno
Este es el típico que te aplasta y te mete el codo y pasa por encima de ti para ir a cobrar su herencia… Cómo los odiooooo … Abusivos ¿qué no ven que toy chiquitaa? Me aplastan
5. El violinista destejado
Los músicos sin oído y los acordeones rotos abundan en el metro, aunque también los hay muy profesionales, de todo un poco para que haya variedad, pero por favor solo pido que toquen una canción y cambien de vagón, porque están acabando con mis aficiones musicales.
Bueno, creo que ya me extendí de más como siempre pero es que hay un montón de personajes por aquí, están también los que bajan por las escaleras eléctricas cuando éstas suben (porque las de bajar están muy llenas), el viejito que se pone histérico porque cree que hay una bomba, los que viajan hiper-borrachos con el trago en la mano el viernes por la tarde, los que se pelean en público y una larga lista de cosas que hacen la vida en el metro menos aburrida.
NOTA CULTURAL PARA COMUNICÓLOGOS: En Madrid se reparten 6 o 7 diarios gratuitos todas las mañanas, no se cómo sobreviven si tienen poca publicidad, pero allí están todos los días viajando en el metro.
FOTO COMPARATIVA, ENCUENTRE LAS DIEZ DIFERENCIAS: A LA IZQUIERDA FOTO DEL METRO EN VERANO, A LA DERECHA FOTO DEL METRO EN INVIERNO.